La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) defiende que el campo necesita un adelanto de la PAC y que Europa lo permite. UPA ha solicitado a la ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, que adelante el pago de las ayudas de la PAC al 16 de octubre, tal y como ha aconsejado el comisario de Agricultura de la Unión Europea (UE) ante la crisis que amenaza la supervivencia de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
Esta organización profesional agraria mantiene que “la sequía y los bajos precios de muchas producciones hacen urgente esta medida”. UPA ha mostrado su preocupación por “todos y cada uno de los sectores agrícolas debido a la grave crisis de rentabilidad que están sufriendo”. El secretario general de esta organización, Lorenzo Ramos, ha lamentado que “sólo puedan sobrevivir porque el mal es común”.
Lorenzo también explica que “el precio de la carne está hundido, pero los ganaderos van tirando porque el de los cereales también lo está; esta crisis es una pescadilla que se muerde la cola y lo único que hacemos es hundirnos más y más juntos”.
Por este motivo, UPA ha urgido al Ministerio de Agricultura a que haga lo que está es su mano, y esto es aceptar la propuesta que el comisario de Agricultura de la UE, Phil Hogan, presentó el pasado mes de julio dentro del paquete de medidas extraordinarias: adelantar el pago de las ayudas de la PAC. Y es que la UE admite que los países adelanten el 70 por ciento de los pagos directos y el 85 por ciento de los pagos de desarrollo rural hasta el 16 de octubre.
UPA recuerda que no sería la primera vez que se pone en marcha esta medida, que ya se implantó el año pasado, pero de manera desigual según los territorios. Desde la organización agraria se exige al Gobierno que se asegure de que el cien por cien de los agricultores y ganaderos puedan beneficiarse de un adelanto que debe salvar del ahogamiento a todos, y no sólo a algunos.
Detrás de esta crisis está por un lado el nivel de precios de muchas de las producciones, que está situado por debajo de la rentabilidad, y por otro las condiciones climatológicas, que están siendo muy adversas, con un nivel de precipitaciones muy por debajo de la media y con altas temperaturas, lo que obliga a afrontar gastos extraordinarios y ha derivado en una reducción de los ingresos de las explotaciones.
Fuente: diariodelcampo.com