“Los medios más eficaces para combatir la enfermedad en cereales de invierno son la utilización de semilla sana, semilla tratada con los fungicidas adecuados y la resistencia varietal”. Es lo apuntado en el informe “Control de enfermedades de semilla en cereal de invierno”, publicado a raíz de la Jornada de Transferencia en Cereal de Invierno de Aragón 2014.
Como estrategias de control se apuntan las siguientes:
– Uso de semilla certificada.
– Control químico: Tratamiento de la semilla.
– Prácticas de cultivo: Rotación de cultivos, abonado racional, fecha de siembra y labores del suelo.
Se detallan las siguientes enfermedades de las semillas del trigo y de la cebada:
TRIGO
– Septoriosis. Los síntomas son lesiones grandes marrón-amarillentas y manchas negras. Las esporas permanecen en la parte exterior de la semilla, o bien en el rastrojo o malas hierbas gramíneas.
– Caries o carbón vestido. Las espigas son más estrechas y con color azul-verdoso. El grano afectado huele mal y se abre durante la recolección. El patógeno vive en la semilla.
CEBADA
– Podredumbre de raíz. La infección se manifiesta inicialmente en las hojas jóvenes y progresa hacia abajo pudiendo matar la semilla. El patógeno vive en el suelo, semilla o en restos de cultivo.
– Helmintosporiosis. Las plantas jóvenes pueden morir. En plantas desarrolladas aparecen estrías marrones. Las esporas permanecen en la parte exterior de la semilla, o bien en el rastrojo.
CEBADA Y TRIGO
– Carbón. Las espigas se reemplazan completamente por una masa negra de esporas durante la floración. El patógeno vive en la semilla.
– Podredumbre del cuello. Provoca problemas de nascencia. También necrosis de las raíces y muerte de la planta. El patógeno vive en el suelo.
Fuente: diariodelcampo.com