Los agricultores vienen practicando la rotación de cultivos (ahora se ha dado en llamar diversificación), y la Unión Europea exige que en el nuevo periodo de la Política Agraria Común (PAC) se siga realizando. Viene a constituir una respuesta a la globalización. Miguel Gutiérrez, de la Unidad de Cultivos Herbáceos del Servicio de Recursos Agrarios del Gobierno de Aragón, afirma que “los monocultivos son premiados por las economías de escala”.
La consecuencia es doble. Los agro-ecosistemas son altamente vulnerables y hay una dependencia alta de insumos químicos. Miguel Gutiérrez asegura que “la rotación y la alternativa de cultivos son el primer paso para restaurar la biodiversidad en un agro-ecosistema”.
– Define rotación como sucesión ordenada de cultivos que se repiten en la misma parcela durante un cierto número de años (ordenación en el tiempo).
– La alternativa es una ordenación en el espacio, esto es, el cultivo simultáneo de las especies que intervienen en rotación.
La nueva PAC establece que el 30 por ciento de las ayudas directas se engloban en el denominado pago verde o greening. Es algo que los agricultores ya están realizando. Cualquiera que rote entre cebada y trigo, y haga también barbecho, ya cumple la exigencia de Bruselas.
Miguel Gutiérrez establece las siguientes causas que aconsejan la rotación. Habla de factores agronómicos y económico-sociales.
FACTORES AGRONÓMICOS
– Aprovechamiento más racional de la fertilidad del suelo. Absorción selectiva. Algunas especies son más exigentes en determinados nutrientes que otras. Las gramíneas, por ejemplo, en nitrógeno; las leguminosas en fósforo; y la remolacha en potasio.
– Agotamiento de los horizontes del suelo, según la profundidad de enraizamiento del cultivo repetido. Rotar cultivos de raíz superficial con otros de raíces profundas: Cereales con girasol, y cebolla con patatas.
– Nivel de residuos dejado. Las plantas devuelven materia orgánica al suelo (raíces muertas, rastrojo,…). El cultivo reiterado de las que devuelven poco y consumen mucho provoca desequilibrio progresivo de la fertilidad.
– Proliferación de malas hierbas. Hay especies que se dejan invadir por malas hierbas, perjudicando al propio cultivo y posteriores. Frente a éstas existen otras consideradas limpiadoras, que por su rápido crecimiento y densa vegetación ahogan a las adventicias. Existen además plantas cultivadas en línea donde las labores de escarda facilitan la eliminación de malas hierbas.
– Multiplicación de parásitos y enfermedades específicas. El monocultivo favorece la proliferación de plagas y enfermedades endémicas al encontrar cada año un cultivo óptimo del que alimentarse. Entre los numerosos ejemplos se pueden citar el mal de pie en cereales, gusano rosado en algodón y jopo de las habas.
– Existen plantas que mejorar el suelo y su fertilidad (leguminosas), obteniendo nitrógeno a través del rhizobium o las que actúan como bombas de nutrientes recuperándolos en zonas profundas. Debemos utilizar estas plantas en las rotaciones para mejorar la fertilidad natural sin costes añadidos.
– Intoxicación del suelo. Algunas excreciones radiculares son tóxicas para las plantas que las eliminan o para otras especies próximas. Estas excreciones no suelen ser tóxicas para especies más alejadas botánicamente.
FACTORES ECONÓMICO-SOCIALES
– Deficiente utilización de los medios de producción (maquinaria, aperos, capital,…). Tienen épocas de fuerte demanda frente a otras de infrautilización. Incremento de los riesgos de la explotación. Los sistemas policultivo dividen los riesgos y pueden compensarse con otras cosechas.
– El cultivo mediante alternativas permite gestionar óptimamente la mano de obra disponible y evitar, dentro de lo posible, la aparición de paros estacionales (comunes en monocultivo).
Fuente: diariodelcampo.com