Todos hemos comido palomitas viendo una película, y seguro que al prepararlas nos hemos preguntado por qué explotan. Los nativos americanos creían que un espíritu vivía dentro de cada grano de maíz y al calentarlas el espíritu se enojaba hasta que finalmente estallaba y salía de su casa.
La explicación científica de por qué las palomitas explotan se debe a una diferencia en el grosor de la cáscara del grano de maíz. El grano de maíz está compuesto por tres componentes: el germen, endospermo (reservas de almidón) y pericarpio (capa exterior). No todos los maíces sirven para hacer palomitas, solamente se usa el maíz conocido como reventón cuyo pericarpio es más grueso e impermeable a la humedad.
Cada grano de maíz contiene pequeñas cantidades de agua almacenadas en el centro del almidón. A medida que el grano se calienta, el agua comienza a expandirse. Cuando está alrededor de 100 grados centígrados, el agua se convierte en vapor y transforma el interior de cada grano en una caliente masa gelatinosa. En la mayoría de los granos este vapor escapa tan rápido como se forma, pero en los granos del maíz para palomitas no lo hace debido a que su gruesa corteza lo mantiene sellado.
El grano continúa calentándose hasta aproximadamente 175-180 grados centígrados. El vapor generado en el grano de maíz provoca un gran aumento de presión en su interior, hasta que finalmente estalla la cáscara. Al explotar, se libera el vapor del grano y el almidón suave dentro de las palomitas de maíz se infla y se derrama, enfriándose inmediatamente y tomando la extraña forma que conocemos