Descripción
Las chinches de los cereales son plagas principalmente del trigo y la cebada, y en España engloba dos géneros de insectos, Aelia y Eurygaster. Ambos géneros de insectos son hemípteros. Los Aelia reciben distintos nombres según las regiones, así en Aragón se denomina “garrapatillo”, mientras que en Castilla y León se le conoce con este mismo nombre y también con los de “parpaja” y “cabezatrillo”; en Andalucía se le llama “paulilla”. Al género Eurygaster se le denomina “sampedrito” en Castilla y León y “paulillón” en Andalucía.
En Aragón y Castilla y León la especie dominante es la Aelia rostrata de 10-12 mm de longitud y de color pajizo. Su cabeza es triangular y terminada en pico. El abdomen es amarillo con pintas negras. En Andalucía las más frecuentes son Aelia acuminata y Aelia germani. La primera es algo menor de tamaño y de color pajizo, y la segunda de un tamaño similar al A. rostrata y de colores vivos.
Además del género Aelia, también se observa con frecuencia insectos del género Eurygaster. Estos insectos son mayores que los anteriores y con el escudo muy grande, ligeramente redondeado hacia fuera y tan largo o más que el abdomen.
Ciclo biológico
Los adultos pasan el invierno refugiados entre la vegetación. A finales de abril comienzan las migraciones hacia el cereal. Los Aelia realizan esta migración en focos, mientras que los Eurygaster lo hacen diseminados. En esta fase de invasión tiene lugar la reproducción de ambos géneros y a los pocos días pueden verse las puestas depositadas preferentemente sobre superficies estrechas, tales como las hojas secas de las bases de los cereales, tallos de gramíneas adventicias, restos de pajas, etc.
Los huevos de Aelia tienen forma de tonel y son de color pajizo que va adoptando una tonalidad más oscura a medida que avanza el periodo de incubación. Por el contrario, los de Eurygaster son más redondeados y de color verdoso. La fecundidad de estos insectos es muy elevada, y una hembra puede llegar a poner de 200 a 400 huevos de media. Estas puestas las realiza escalonadamente, coincidiendo insectos adultos con otros en diversos estadios larvarios.
Durante esta época, el insecto manifiesta una gran voracidad y es cuando se producen los daños en los granos, todavía lechosos y a punto de madurar.
Síntomas y daños
Las chinches del trigo producen dos tipos de daños en los cultivos. Por un lado, los adultos invernantes realizan picaduras en la caña y en la espiga que producen el secado de parte de los granos e incluso de la espiga entera. Por otra parte, las larvas y la nueva generación pican los granos en su estado lechoso o en fase de maduración, disminuyendo su peso específico. Pero además, estos insectos inyectan una enzima que provoca la destrucción del glutén, dándole un olor y sabor característico.
Un porcentaje bajo de granos picados (4’5%) es suficiente para inhabilitar una partida a efectos de panificación. Asimismo, el ganado llega incluso, en caso de ataques fuertes, a rehusar los piensos procedentes de estos granos, debido al desagradable olor característico que estos insectos comunican al grano.
Formas de control
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Respetar fauna auxiliar: ciertas aves presentan gran apetencia por estos insectos. La mosca Gymnosoma rotundatum realiza sus puestas sobre la superficie del cuerpo del insecto adulto, para luego penetrar la larva en el interior del huésped y alimentarse del insecto, provocando su muerte. Otros insectos himenópteros parasitan los huevos, destruyendo gran número de ellos.
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Variedades tempranas: con esto se consigue que el grano esté tan duro que las chinches no puedan meter el estilete.
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Destruir refugios invernales.
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Químicos: tratamientos aéreos de choque para casos de ataques graves.