Las nuevas variedades han demostrado ser uno de los medios más eficientes para incrementar la productividad, mejorar la calidad y resolver problemas como enfermedades y plagas o superar climas y entornos adversos.
Cada año salen nuevas variedades comerciales de cereales al mercado, de las que el agricultor desconoce parámetros de crecimiento, rendimientos o resistencia a enfermedades. Con el fin de hacer una evaluación independiente de las variedades en distintas regiones y zonas agroclimáticas, se hacen ensayos en toda España coordinados por la red GENVCE (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España).
La investigación y desarrollo de nuevas variedades necesita que los obtentores realicen importantes esfuerzos en tiempo, trabajo y recursos económicos y humanos. Para tratar de proteger e incentivar estos esfuerzos, la ley concede a los obtentores unos derechos de propiedad industrial que permiten encontrar un equilibrio entre los beneficios que los agricultores y toda la sociedad reciben de esta actividad. De esta forma los creadores de variedades ven recompensados sus esfuerzos, de forma que se permita recuperar las inversiones realizadas y se asegure el progreso sostenible de la agricultura.
Las empresas obtentoras han llevado a cabo una labor de investigación y desarrollo que ha conseguido duplicar los rendimientos en los últimos 50 años. Pero además de los rendimientos, también ha habido un aumento de la calidad de las cosechas gracias a la mejora en:
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Resistencia a enfermedades y plagas
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Mejor adaptación a condiciones adversas
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Facilidad de mecanización, cultivo, transporte y almacenamiento
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Mejoras en la calidad, adaptación a los procesos de transformación y uso
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Incrementos intrínsecos en los rendimientos potenciales
Entre las nuevas variedades de cebada cabe destacar Kalea, Lavanda e Ibaiona. Estas tres variedades son de 2 carreras con destino para pienso, tienen una alta productividad y poseen una alta resistencia a oídio, roya parda y rincosporiosis, así como una resistencia media al encamado.
Kalea y Lavanda son cebadas muy rústicas provenientes del cruce de Meseta x Hispanic que se adaptan a todos los secanos, especialmente en los áridos y semi-áridos. Ibaiona es una cebada muy productiva que proviene del cruzamiento Hispanic x Protide y se adapta a todas las zonas donde se cultiva cebada. Su alta producción le hace interesante en las zonas de alta producción.
Dentro de los trigos blandos una nueva variedad muy productiva es Ippon. Ippon es un trigo muy rústico adaptado a las zonas secas. Ippon posee un elevado contenido en proteína y un excelente peso específico debido a su rapidez en la maduración. Esta nueva variedad tiene una relación P/L baja lo que le hace interesante para los harineros. Además, presenta una tolerancia alta frente a oídio, y una tolerancia media frente roya parda, roya amarilla, septoriosis y encamado.
En lo que se refiere a trigo duro una nueva variedad es Kanakis. Kanakis tiene un peso específico alto, una alta productividad y un alto contenido en proteína. Kanakis es resistente a roya parda y amarilla, y poco sensible a septoria y fusarium.
El desarrollo de nuevas variedades sólo es posible con una inversión continua en los programas de investigación. Para sostener los programas de mejora y el desarrollo de variedades es vital proteger los resultados de los trabajos de los obtentores y respetar sus derechos de propiedad industrial. Es la única forma para que se mantenga un sector agrícola fuerte y competitivo. Al final, futuras generaciones continuarán sembrando los mismos campos y se merecen una herencia compuesta por un sector moderno, desarrollado y competitivo.
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