Se ha tenido conocimiento recientemente de que Monsanto va a dejar de impulsar activamente sus productos en la Unión Europea, excepto en los países donde exista apoyo. Un representante de Monsanto cita en su informe que la compañía decidió en 2011 dejar de impulsar sus productos en la UE, excepto en aquellos países en los que goza de un amplio apoyo de los agricultores y políticos. El representante concluyó que Monsanto, por lo tanto, va a mantener sus cultivos modificados genéticamente en España, Portugal y República Checa. Sin embargo, señaló que seguirán adelante los cultivos experimentales. No existe ninguna indicación de que Monsanto vaya a retirar las solicitudes que tiene pendientes de autorización para poder introducir nuevos cultivos transgénicos en la UE.
El representante también apunta que es el momento de dar espacio a otras biotecnologías punteras y a las técnicas ecológicas que pueden ofrecer beneficios reales a los agricultores y los consumidores europeos. Otra cita del representante de Monsanto que cabe destacar es “venderemos [transgénicos] donde las personas los quieran”.
Syngenta y también BASF, el gigante de la industria química, abandonaron en 2012 sus planes de desarrollo y comercialización de sus cultivos transgénicos en Europa debido a la oposición de la mayoría de consumidores, agricultores y clase política.
Aunque algunos de los titulares de prensa iniciales, reflejaron bastante bien la noticia de Monsanto abandonaba el negocio de semillas transgénicas en Europa. Realmente Monsanto nunca ha abandonado Europa. Lo único que ha hecho fue renunciar a peticiones de aprobación de nuevos cultivos transgénicos mientras que en Europa se centrará en la producción de semillas convencionales y fitosanitarios, lo que siempre ha sido su negocio convencional.
La realidad, es que Monsanto lo único que ha hecho es reorientar su negocio en Europa al no encontrar el suficiente apoyo, como se vio con el MON810 prohibido por el Gobierno de Francia sin ningún criterio científico, únicamente por criterios electoralistas.
Hace unos días, Jose Manuel Madero, director General de Monsanto, anunciaba que Monsanto había decidido reorientar su negocio únicamente a criterios de producción de semillas convencionales y de pesticidas, que ha sido tradicionalmente su negocio de comercialización de semillas convencionales y de fitosanitarios para la agricultura.
Aunque sí es cierto que Monsanto comenzará a retirar progresivamente las peticiones de aprobación en la UE para cultivos transgénicos al no encontrar este apoyo en Europa, Monsanto refuerza su presencia en Europa central y Europa del Este con la ampliación de sus negocios en cultivos tradicionales y de maíz MON 810 en los países que está permitido, cuya patente finaliza el año que viene y podrá ser producido por cualquier empresa.
La UE no ha aprobado un nuevo cultivo biotecnológico de importancia desde 1998 y en la actualidad ha suspendido la mayoría de licencias para nuevos cultivos, a pesar de la enorme mejora de los diferentes tipos de cultivos desde 1998. Como resultado de todo este miedo, la UE se está quedando a la cola del en producción de transgénicos, ya que solamente España, Portugal, Chequia, Rumania y Eslovaquia cultivan transgénicos de forma comercial, aunque en otros países de Europa como en Alemania hay parcelas de cultivo para uso experimental por parte de los organismos científicos de cada país.
Conviene decir que en muchos de estos países como ocurre en Brasil, son los organismos científicos propios, los que más desarrollan transgénicos para su liberación a agricultores locales o tal como está comenzando a hacer Cuba con el desarrollo de transgénicos con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), para liberarlos entre sus agricultores en el proceso de renovación de la agricultura de la isla. En la imagen puede observarse la situación mundial de los cultivos biotecnológicos.