La situación del campo aragonés empieza a ser insostenible si continúa este periodo de sequía que en algunas partes de la comunidad se prolonga ya desde hace varias campañas. Y las perspectivas no indican que vaya a mejorar en el medio plazo, pues se prevé un inicio del invierno cálido y seco. Si no llueve antes de final de año, la situación del próximo año será aún más complicada de lo que ya lo está siendo. De hecho, el sindicato agrario UAGA ha estimado unas pérdidas medias en los agricultores que se dedican al cereal de secano de más de 3.800 euros por explotación.
Según las preocupantes estimaciones de la organización, la cosecha de cereal de invierno fue de un 20,5% más baja que la campaña del 2016 y un 11,5% inferior a la media de las cosechas de los últimos cinco años. La sequía ha afectado este año al 35% de las explotaciones de cereal de secano de Aragón; unas 8.300 explotaciones situadas en la provincia de Teruel y en las comarcas zaragozanas de la margen derecha del Ebro, donde con más intensidad está azotando la sequía, y donde los embalses se encuentran en situación de emergencia.
La provincia de Teruel presenta los peores indicadores de sequía de toda la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Según el último Informe de Seguimiento de Indicadores de Sequía en el Ámbito de la CHJ, del 31 de octubre, los tres puntos más afectados por la falta de lluvias de entre los 34 analizados son la estación de aforo del Alfambra en Villalba Alta, las entradas de agua al pantano del Arquillo y los recursos del alto Cabriel –ya en Cuenca, pero cerca del nacimiento del río en la Sierra de Albarracín–, con registros calificados como de «emergencia».
El peor indicador de toda la CHJ es el caudal de entrada del Guadalaviar al pantano del Arquillo, que abastece de agua a Teruel capital. Presenta un nivel de 0,02, cuando la emergencia se alcanza con el 0,15. La numeración oscila entre 0 y 1, equivalentes al mínimo y máximo históricos, respectivamente. Los datos de referencia se acumulan desde 1982, con lo que la aportación que recibe el embalse roza el récord negativo de los últimos 35 años. De acuerdo a esta baremación, el caudal del Alfambra en Villalba Alta está en el 0,12 y el del alto Cabriel, en el 0,13.
La peor parte se la ha llevado la Comarca del Jiloca. Allí la falta de lluvias ha hecho perder 140.000 toneladas, lo que se cuantifica en aproximadamente 23 millones de euros. “Los agricultores afectados por esta situación, están económicamente asfixiados ya que es la cuarta campaña que sufren la sequía”, indican desde UAGA.
A corto plazo, preocupan las cosechas de dos de los cultivos más abundantes del secano en Aragón, la oliva y la almendra. El sindicato agrario UAGA estima que la cosecha de oliva y almendra se reducirá este año un 30% debido a la falta de agua, lo que además provocará un encarecimiento del producto y, concretamente, del aceite.
Pero no solo en la parte sur de la cuenca hay problemas, sino también en la zona norte, la más húmeda. En las comarcas del Pirineo los pastos se secan y eso también encarece el coste de la alimentación del ganado. No hay nada de pasto para la ganadería extensiva y se ha perdido un 60% de la semilla de la siembra de vezas y raygrass, por lo que en primavera tampoco habrá pasto. La ganadería hace días que está estabulada. En otras comarcas los rebaños están aprovechando rastrojo de maíz, hojas de viña, hierba entre frutales… ya que los pastos permanentes están secos y además no se espera que se regeneren, por las bajas temperaturas, aunque lloviera.