La esparceta o pipirigallo (Onobrychis viciifolia Scop.) es una leguminosa forrajera perenne adaptada a los suelos calizos situados en regiones semiáridas, moderadamente cálidas y de altitud superior a 600 metros de la península Ibérica.
Origen. Diferenciación de dos tipos de esparcetas
La esparceta es una especie alotetraploide joven, que se ha originado a partir de una mezcla de dos o de tres especies botánicas silvestres. Su cultivo se inició a finales del siglo XVI en las provincias limítrofes con el valle del Rhin, en el Norte de Francia. Pronto se seleccionaron dos tipos: la “común”, también conocida como “de un corte” y la “fina”, que se caracteriza por no florecer el año de siembra, ser más rústica y persistente, y presentar tallos más finos; y la de “dos cortes”, también denominada “francesa” y “basta”, la cual florece el año de siembra, tiene el porte más alto, presenta hojas de mayor tamaño y es más vigorosa.
La esparceta que se sembraba originalmente en España era de tipo común, de un solo corte. Con la promoción que realizó el Ministerio de Agricultura a finales de los años 60, se introdujeron las esparcetas foráneas de dos cortes que se mezclaron con las autóctonas. A comienzos de los años 70, la superficie dedicada a este cultivo alcanzó su máximo debido a la promoción que realizó el Ministerio de Agricultura. Posteriormente, la superficie destinada al cultivo ha ido en regresión hasta 2002 causado entre otras razones a su no inclusión en las ayudas de la Política Agraria Comunitaria.
Desde entonces el cultivo ha remontado. La mayoría de las plantaciones son en secano, lo que se atribuye a la inclusión de la esparceta en las medidas agroambientales de algunas comunidades autónomas. El cultivo de la esparceta se localiza casi en su totalidad en 14 provincias del cuadrante Noreste de la península Ibérica. Actualmente en Aragón el cultivo se ha incrementado notablemente potenciado por las ayudas agroambientales.
Manejo
La esparceta es cultivada habitualmente en los secanos semiáridos y subhúmedos de altitud superior a 600 metros. Los ganaderos la consideran una planta forrajera excelente para el ganado, de la que hacen un uso mixto, heno y pastoreo. El primer corte se destina a heno y los siguientes se aprovechan a diente durante el periodo otoño-invierno, en una época en la que escasean los pastos, dado que la planta permanece siempre verde.
El cultivo tiene una persistencia de tres a cinco años. Puede sembrarse en otoño o primavera, aunque en zonas de montaña se siembra en primavera para evitar las heladas durante la nascencia. La dosis media de semilla utilizada es de 100-125 kilos por hectárea. La preparación del suelo se lleva a cabo mediante labores de volteo o subsolado para favorecer la penetración de las raíces. Aunque se recomiendan en la siembra abonados de fondo de 100 a 150 unidades de fósforo y potasio por hectárea, los agricultores son reacios a practicarlo y las aportaciones, cuando se realizan, son escasas y no se ajustan a las indicaciones técnicas. La siembra suele realizarse en líneas aprovechando la disponibilidad de sembradoras de cereales. No se realizan tratamientos fitosanitarios ni se utilizan herbicidas.
El primer aprovechamiento se destina a heno, practicando un corte en mayo o junio cuando la planta está en plena floración. La producción de heno es de 4 a 5 toneladas por hectárea y se recoge mayoritariamente en pacas pequeñas; la de los siguientes aprovechamientos, realizados a diente, se estima en 2 ó 3 toneladas en total.
Cualidades
Es muy apreciada por los agricultores y ganaderos por sus cualidades, entre las que destacan las siguientes:
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Es una planta regeneradora de la fertilidad del suelo, debido a su capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico, que le permite prescindir de los abonos nitrogenados y enriquecer el suelo. Desarrolla, además, una raíz pivotante que posibilita la incorporación de materia orgánica en los niveles inferiores del suelo. Se utiliza, por ello, como cultivo alternativo en rotación con los cereales para mejorar la fertilidad del suelo y romper el ciclo de los parásitos y de las malas hierbas.
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Presenta una alta capacidad productiva en los secanos semiáridos fríos, que se atribuye a su facultad para crecer con temperaturas diurnas próximas a 20 ºC y nocturnas ligeramente superiores a 0 ºC. Por el contrario, temperaturas superiores a 30 ºC alteran el metabolismo de la planta, disminuyen el crecimiento y las reservas nutritivas, llegando a ocasionar su muerte, por lo que su persistencia es baja en los lugares donde es más prolongado el periodo de temperaturas altas, como las zonas de baja altitud de Aragón.
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El forraje tiene un alto valor nutritivo y permanece bastante estable durante un periodo prolongado de aprovechamiento del cultivo. Aunque su contenido en proteína bruta es algo inferior al de la alfalfa, los tallos no se lignifican tanto y no meteoriza al ganado. Se mantiene verde en invierno, permitiendo reducir la alimentación invernal en pesebre. Al forraje de la esparceta se le atribuyen propiedades sanitarias para el ganado que la consume, tales como ser eficaz contra parásitos intestinales. Es, además, una planta melífera, pudiendo ser explotada al mismo tiempo por los productores de miel.