Se celebró una mesa redonda titulada “La agricultura intensiva en un contexto de sostenibilidad global”. Se abordó la percepción que tiene la sociedad sobre este tipo de agricultura y su respeto al medio ambiente. Se puede sacar la conclusión de que será positivo (para esa apreciación social) el giro que ha tomado hacia una agricultura inteligente, sumando big data y agricultura de precisión.
A ello se refirió Juan Sagarna, director del Departamento de Servicios, Calidad e Innovación de Cooperativas Agro-alimentarias de España. Señaló que el concepto de agricultura intensiva está virando hacia un concepto de agricultura inteligente (smart farming) donde se combinan los conceptos de big data y agricultura de precisión.
Elena Sáenz, directora de ANOVE (Asociación Nacional de Obtentores Vegetales), reconoció el alto valor tecnológico que tiene la obtención vegetal, es decir, la creación por parte del hombre, en colaboración con la naturaleza, de nuevas especies vegetales.
Andrés del Campo, presidente de FENACORE (Federación Nacional de Comunidades de Regantes), destacó que la agricultura intensiva debe sustentarse en dos pilares fundamentales:
– La autosuficiencia económica.
– El uso de medios de producción no agresivos con el medio ambiente.
Paloma Pérez, directora general de ANFFE (Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes), incidió en ello, recordando que “los fertilizantes son nutrientes, por lo que el problema de mala percepción se basa en la práctica agraria, para lo que ya toman medidas educando al agricultor en la puesta en marcha de buenas prácticas”.
Ignacio Ruiz, director general de ANSEMAT, ha expuesto el papel que la maquinaria agraria juega en el conocimiento de la agricultura intensiva. Asegura que la mala percepción es una imagen que se genera fuera del sector, mientras que es un insumo que “de puertas hacia dentro” está muy vinculado a la mejora medioambiental por su aporte tecnológico.
Rocío Pastor, directora general de SIGFITO, hizo hincapié en la buena gestión de los residuos que genera la agricultura intensiva, mejor que en el caso de la agricultura ecológica.
Juan Quintana, periodista agroalimentario y moderador de la mesa, concluyó resaltando que por primera vez se ha detectado que la sociedad no agraria valora el desarrollo tecnológico del sector, a pesar de que existe un importante hueco entre el concepto tecnología y medio ambiente, que todavía se asocia la primera a un modelo de producción de importante impacto medioambiental.
Los participantes coincidieron en que el sector de la agricultura y ganadería ha tenido tradicionalmente una posición bastante defensiva en términos de comunicación. Un asunto en el que se ha decidido trabajar de manera conjunta con la intención de seguir trasladando a la sociedad la importancia de la agricultura intensiva para el progreso de la sociedad.
Fuente: diariodelcampo.com