Algunas comunidades autónomas como Galicia se van a dar un respiro respecto a la nueva normativa de purines, la cual, quien no se haya adaptado hasta ahora, podían ser sancionados y perder el pago único de la PAC. Sin embargo, esta medida no está acabando con la preocupación del sector.
Tal y como se hizo en las campañas del 2018 y del 2019, la Consejería de Medio Rural confirmaron que, ejercían su potestad para marcar excepciones al real decreto aprobado en el 2017 por el Gobierno de Rajoy para cumplir con la reducción del nivel de emisiones de amoníaco que pide Bruselas. Lo que no podrán usar los agricultores gallegos es el método de aspersión con cañón.
De este modo, añaden que la orden de la Xunta que regula para este año la aplicación de los pagos directos a la agricultura y a la ganadería y de las ayudas al desarrollo rural sujetas al sistema integrado de gestión y control no cambiará el párrafo referido a los purines con respecto a la del ejercicio anterior: “Las aplicaciones de purín o fracciones líquidas de deyecciones con sistemas de plato o abanico podrán realizarse excepcionalmente mientras no se resuelvan los condicionantes que dieron lugar a su excepción”.
Fuentes de Medio Rural apuntaron que la intención es mantener la excepcionalidad, al menos hasta que una norma de rango superior prohíba el uso de abanico, el método más utilizado en la comunidad. De todas formas, aclaran que estas directrices únicamente son de obligado cumplimiento para los perceptores de ayudas de la PAC. De hecho, recuerdan que hay muchos productores de porcino o de pollos que no las reciben y, por tanto, no estarían afectados por la norma sobre maquinaria de purines.