Descripción
Los trips constituyen un importante grupo de insectos que habitan en cereales, hortalizas, frutales y otros tipos de plantas. Las especies principales de trips que atacan a los cereales son: Haplothrips tritici y Limothrips cerealium.
En toda la zona cerealista de España: ambas Castillas, Aragón, Extremadura y Andalucía, es frecuente ver entre las glumas del trigo unos diminutos insectos rojos, no mayores que la punta de una aguja. Éstos son larvas de Haplothrips tritici. Sin embargo, en Galicia y en la costa del Levante domina la segunda especie, Limothrips cerealium.
Las larvas de Haplothrips tritici son muy características por su color rojo bermellón, con la cabeza y las patas negras. Las hembras son más díficiles de encontrar, miden 2 mm de longitud, sus alas son plumosas, tienen color pardo oscuro con las patas claras. Los machos son muy raros y se supone por ello que la reproducción es preferentemente partenogenética.
Las larvas de Limothrips cerealium tienen un color amarillo con las patas negras. Las hembras adultas son más pequeñas que las de la especie anterior, de 1,2 a 1,4 mm, de color pardo negruzco. Los machos son ápteros de 0,9 mm.
Ciclo biológico
El adulto de Haplothrips tritici inverna al pie de los rastrojos o en las malas hierbas. En primavera acuden las hembras a las espigas de trigo, cebada y centeno, donde depositan los huevos y mueren al poco tiempo. Por este motivo es difícil encontrar adultos. A los pocos días aparecen las características larvas rojas que permanecen entre las glumas, donde es fácil verlas caminar con gran rapidez cuando se las hostiga. Al madurar las espigas, las abandonan y se refugian en plantas silvestres o en el rastrojo, donde dan origen a los adultos invernantes. Por tanto, esta especie sólo tiene una generación anual.
Las hembras de Limothrips cerealium aparecen en primavera y mueren después de la puesta. Las larvas viven entre las glumas y en verano evolucionan a adultos que se dispersan en los prados, gramíneas silvestres o cereales de otoño donde dan origen a una segunda generación. Los nuevos adultos reaparecen en primavera y depositan los huevos sobre las hojas de trigo, cebada, avena, centeno o de algunas gramíneas.
Síntomas y daños
Los daños ocasionados son producidos de varias formas. Las hembras al realizar sus puestas rompen con el ovipositor la epidermis del tejido vegetal para incrustar los huevos. En el proceso de alimentación, tanto las larvas como los adultos, producen picaduras en los tejidos al succionar el contenido de las células a las que dejan vacías y con la saliva que depositan alteran las células cercanas, produciéndose manchas blanquecinas que luego se tornan parduscas dejando puntos negros resultado de las deyecciones. En tejidos jóvenes esas células se necrosan y detienen su desarrollo mientras que las circundantes lo continúan originando deformaciones en el órgano afectado.
En algunos casos aparecen los trips, tanto de una como de otra especie, cuando las espigas aún están envainadas, y entonces los daños son más intensos por estar tiernos los tejidos de la planta.
Si el ataque es tardío, como es normal, los daños son poco importantes y sólo mientras el grano está lechoso. Después, al endurecerse, los insectos ya no pueden clavar el pico y abandonan la espiga.
Formas de control
Contra estos insectos no cabe la lucha directa, aconsejándose en los casos en que sean de temer los ataques de trips las siembras tempranas, el cultivo de trigos precoces y anticipar la vegetación mediante el empleo de abonos fosfatados y potásico, pero no nitrogenados ya que prologan el ciclo vegetativo.
En los años de fuertes ataques estaría indicado quemar los rastrojos y destruir las malas hierbas, donde se habrán refugiado los insectos después de la siega.