Descripción
El nematodo de Quiste de los Cereales recibe el nombre científico de Heterodera avenae. Estos nematodos microscópicos presentan un fuerte dimorfismo sexual. Las hembras son de forma alimonada y su tamaño varía 0,3-0,6 x 0,55-0,75 mm. Los machos en cambio son transparentes, vermiformes y miden entre 1 y 1,4 mm de longitud. Los huevos son ovalados y las larvas, vermiformes, mudan cuatro veces.
Este nematodo se caracteriza por la transformación del cuerpo de la hembra madura muerta en un quiste que contiene numerosos huevos en su interior. El quiste es la estructura de supervivencia en el suelo y dispersión del nematodo.
Los ataques por este nematodo son más severos en suelos ligeros, de textura arenosa que en otros tipos de suelo. Heterodera avenae se dispersa pasivamente con gran facilidad mediante el desplazamiento de los quistes por la maquinaria agrícola, el ganado o el calzado, y también por el agua de lluvia o de riego, así como por el viento.
Ciclo biológico
El ciclo vital de H. avenae comprende una sola generación durante el ciclo de cultivo. La hembra fecundada contiene los huevos y al final del ciclo de la planta muere y forma el quiste de color oscuro. Los huevos en el interior del quiste contienen los juveniles de segunda edad. Los juveniles que emergen al eclosionar los huevos son móviles e invaden la raíz de las plantas de numerosas gramíneas entre las que trigo, cebada, y avena sufren los daños más importantes. La alimentación de los juveniles en el interior de la raíz determina la formación del estado adulto y la diferenciación sexual del nematodo.
Síntomas y daños
La plaga se instala sobre el cultivo desde la nascencia y afecta al desarrollo de las raíces durante todo el ciclo, no obstante la sintomatología se hace más visible en las fases de crecimiento rápido como es el periodo de encañado. Es una plaga que se presenta en rodales más o menos irregulares. Las plantas afectadas alcanzan menor tamaño, reducen el ahijamiento y toman aspecto raquítico.
La invasión de las raíces por este nematodo da lugar a síntomas inespecíficos en la parte aérea, que son similares a los causados por diversos estrés bióticos o abióticos, como amarilleamiento, marchitamiento y reducción del crecimiento. Los síntomas en el sistema radical son más específicos.
El desarrollo de las raíces se reduce significativamente; en ellas aparecen numerosos y pequeños puntos blanquecinos que se corresponden con el lugar donde está establecido el nematodo, de los que parten numerosas raíces secundarias que dan un aspecto general de “enmarañado”.
Formas de control
Las medidas de control de esta enfermedad son de carácter preventivo. El diagnóstico y detección del nematodo en un cultivo permite la toma de decisiones para cultivos posteriores.
Prácticas culturales
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Rotación de cultivos: evitando el monocultivo de cereal. Incorporar si es posible cultivos a la rotación que reduzcan la densidad de población de la plaga como alfalfa, remolacha, colza, maíz, sorgo o veza.
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Realizar siembras poco profundas para obtener plantas más vigorosas.
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Realizar la siembra en fechas que no coincidan con la eclosión de las larvas. En zonas de inviernos fríos se deben evitar siembras tardías de otoño, pero en zonas de inviernos menos rigurosos es preferible retrasarlas.
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Un pase de rodillo compactador, antes o después de la siembra, dificulta la actividad de la plaga y puede favorecer al cultivo.
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Eliminar ricios de trigo y gramíneas sensibles en los periodos intercultivos.
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Utilizar variedades tolerantes/resistentes de trigo de ciclo corto como Vitorino, Mapeña o Peñalón, si se adaptan a la región, en combinación con rotaciones de cultivos no huésped.
Una vez detectado el problema con el cultivo establecido, un pase de rodillo compactador puede aliviar la situación y se deberán programar las medidas preventivas y culturales para futuras campañas.