Descripción
El tronchaespigas, conocido también como Aguijonero, es el nombre común que se le da al Calamobius filum. Se trata de un coleóptero que ataca principalmente al trigo, pero también a la cebada y al triticale. Aunque su aparición sea esporádica, puede causar daños importantes ahí donde aparece.
El adulto de Calamobius filum es de cuerpo alargado y estrecho, con una longitud entre 5 y 10 mm, de color negro y con una pilosidad grisácea. Tiene las antenas muy largas, que pueden medir entre 15 y 20 mm.
La larva es ápoda (sin patas) de color amarillo y mide entre 10 y 15 mm de longitud. Las mandíbulas son de color marrón.
Ciclo biológico
Para elegir qué estrategia de lucha utilizar, es fundamental entender el ciclo biológico de este insecto. Sólo tiene una generación anual. Los adultos aparecen entre abril y mayo. Después de aparearse, las hembras realizan una incisión con sus mandíbulas en el tallo y depositan un único huevo en su interior, debajo de la espiga y preferentemente entre ésta y el último nudo. Una sola hembra puede poner unos 200 huevos.
La larva se desplaza en sentido ascendente y descendente a lo largo del tallo, alimentándose en el interior de la caña. Una vez completado su desarrollo queda en diapausa hasta la primavera en la base de la planta a ras del suelo. Se protege y aísla del exterior cerrando la apertura del tallo con virutas y restos de excrementos.
Síntomas y daños
La alimentación de la larva en el interior del tallo del cereal origina su destrucción, la planta se debilita y la espiga se deseca de forma precoz. Aparecen espigas blancas y no debe confundirse con ataques de pie negro o Fusarium que también provoca el secado precoz de las espigas. En otros casos los tallos se pueden romper por la base de la espiga, con lo que la espiga queda tronchada. En función del momento de la afectación, la espiga puede llegarse a caer al suelo.
En algunos lugares los daños pueden llegar a suponer hasta una pérdida de 2.000 kg/ha, que en algunas zonas supone hasta la mitad de la cosecha perdida.
Formas de control
Para el control de la plaga es importante hacer un seguimiento del ciclo biológico, ya que puede ser muy variable según la zona y el año. A partir de principios de abril tenemos que vigilar nuestras parcelas y detectar si hay adultos de la plaga en vuelo.
Prácticas culturales
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Rotación de cultivos: sembrar un cultivo que no sea susceptible a esta plaga (colza, guisantes, etc).
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Laboreo profundo: realizar una labor de vertedera para enterrar el rastrojo antes de que salgan los adultos de su reposo invernal.
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Segar lo más bajo posible: esto permite destruir un mayor número de larvas.
Control químico
Si el nivel de troncha espiga adultos en la fase de vuelo es muy elevado, puedes valorar la opción de tratar con un producto químico. Existen dos materias activas autorizadas para actuar contra Calamobius:
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Deltametrin 10 %
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Lambda Cihalotrin 1,5 %
El período para hacer el tratamiento es desde que se detectan los primeros adultos en fase de vuelo, hasta que empiezan la puesta en los tallos del cultivo. Normalmente transcurre una semana. El problema de hacer el tratamiento es la entrada de la maquinaria en las parcelas cuando el cereal ya está espigado y el daño que suponen las pisadas. Por lo tanto, solo sale a cuenta tratar cuando los daños causados han sido muy grandes las campañas anteriores y en la campaña actual se detecta de nuevo un nivel de infestación muy grande