Los suelos del mundo se están deteriorando rápidamente debido a la erosión, el agotamiento de los nutrientes, la pérdida de carbono orgánico, el sellado del suelo y otras amenazas, pero esta tendencia puede revertirse siempre que los países tomen la iniciativa en la promoción de prácticas de manejo sostenible y el uso de tecnologías apropiadas, según un nuevo informe de la ONU.
El estado de los recursos de suelos en el mundo, elaborado por el grupo técnico intergubernamental sobre los suelos de la FAO, reúne el trabajo de unos 200 científicos del suelo de 60 países. Su publicación coincidió con el Día Mundial del Suelo -que se celebra el 4 de diciembre- y también con la clausura del Año Internacional de los Suelos 2015 de la ONU, una iniciativa que ha servido para concienciar a nivel mundial sobre el denominado “aliado silencioso de la humanidad”.
La conclusión arrolladora del informe es que la mayor parte de los recursos mundiales de suelos se encuentran en condición mala o muy mala y que las condiciones están empeorando en muchos más casos de los que están mejorando. En particular, el 33 por ciento de la tierra se encuentra de moderada a altamente degradada debido a la erosión, salinización, compactación, acidificación y la contaminación química de los suelos.
Los cambios en el estado de los suelos se ven impulsados principalmente por el crecimiento demográfico y el crecimiento económico, factores que se espera que persista en las próximas décadas. El resultado es que los suelos que han sido despejados de la vegetación natural para cultivar o llevar a pastar el ganado sufren fuertes aumentos de la erosión y grandes pérdidas de carbono del suelo, nutrientes y biodiversidad. Además, la urbanización está haciendo pagar un precio elevado. El rápido crecimiento de las ciudades y las industrias ha degradado áreas cada vez más amplias, con la contaminación de suelos con exceso de sal, acidez y metales pesados; compactación con maquinaria pesada; y sellado de forma permanente bajo el asfalto y el cemento.
El cambio climático, las temperaturas más altas y los fenómenos meteorológicos extremos relacionados, como sequías, inundaciones y tormentas, impactan en la cantidad y fertilidad del suelo en diversas maneras, entre ellas reduciendo la humedad y agotando las capas arables ricas en nutrientes. También contribuyen a un aumento en la tasa de erosión del suelo y el retroceso de las costas.
El informe se centra en las 10 principales amenazas a las funciones del suelo: erosión, pérdida de carbono orgánico, desequilibrio de nutrientes, acidificación del suelo, contaminación, anegamiento, compactación del suelo, sellado, salinización y pérdida de la biodiversidad del suelo. La solución propuesta es la que se centra en el manejo sostenible del suelo y que requiere la elevada participación de las partes interesadas, que van desde los gobiernos a los pequeños agricultores.
La erosión, por ejemplo, puede ser contenida mediante la reducción o eliminación de la labranza -cavar, remover y voltear el suelo- y el uso de los residuos de la cosecha para proteger la superficie del suelo de los efectos de la lluvia y el viento. Del mismo modo, los suelos que sufren de déficit de nutrientes pueden ser restaurados y los rendimientos aumentados devolviendo los residuos de cultivos y otros materiales orgánicos al suelo, empleando la rotación de cultivos con cultivos que fijan el nitrógeno, y haciendo un uso juicioso de los fertilizantes orgánicos y minerales.
El informe identifica cuatro prioridades para la acción:
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Minimizar una mayor degradación de los suelos y restaurar la productividad de los suelos que ya están degradados en las regiones donde las personas son más vulnerables.
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Estabilizar las reservas mundiales de materia orgánica del suelo, incluyendo tanto el carbono orgánico del suelo como los organismos del suelo.
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Estabilizar o reducir el consumo mundial de fertilizantes con nitrógeno y fósforo, además de aumentar el uso de fertilizantes en las regiones con déficit de nutrientes.
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Mejorar nuestro conocimiento sobre el estado y la tendencia de las condiciones del suelo.