La Comisión Europea ha aprobado el Programa de Desarrollo Rural (PDR), con lo que ya hay visto bueno para los 118 PDR´s que se van a ejecutar en el conjunto de la Unión Europea con el horizonte 2020. La dotación global se sitúa por encima de los 160.000 millones de euros, cifra que sale de la suma de:
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99.600 millones procedentes del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader).
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60.600 millones cofinanciados por fondos públicos nacionales y regionales, e inversiones privadas.
Los PDR´s se presentan como mecanismos que ayudarán a las zonas y comunidades rurales europeas a afrontar los actuales retos económicos, medioambientales y sociales, y a aprovechar las oportunidades que se les ofrecen.
Al respecto, el comisario europeo Phil Hogan ha señalado lo siguiente:
“La finalidad de los Programas de Desarrollo Rural es fomentar el empleo, el crecimiento, las inversiones y la competitividad en la Europa rural. Se pretende que las zonas y comunidades rurales estén en condiciones de afrontar los numerosos y variados retos y oportunidades que se les presentan en los ámbitos económico, social y medioambiental en el siglo XXI. A través de inversiones estratégicas e inteligentes, los PDR´s impulsarán el relevo generacional y crearán condiciones que garanticen el dinamismo de la economía, la sociedad y el medio ambiente en las zonas rurales. Dado que se ha estado celebrando la COP21 en París, la atención se centra inevitablemente en el importante reto que representa la lucha contra el cambio climático. El Programa de Desarrollo Rural ha de contribuir de forma significativa a superar ese reto”.
Las regiones predominantemente rurales representan el 52 por ciento del territorio de la Unión Europea y cuentan con una población de 112,1 millones de habitantes. Estas regiones son muy distintas unas de otras y las dificultades a que se enfrentan obedecen a muy variadas circunstancias. Por ello, la Comisión Europea ofrece mayor flexibilidad a los Estados miembros para que las ayudas estén más adaptadas a las necesidades específicas de cada región o país, y reflejen la mayor importancia que se concede a la subsidiariedad.
De este modo, los estados miembros pueden elaborar programas nacionales o regionales que reflejen esas características específicas, basándose en al menos cuatro de las seis prioridades comunes:
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Conocimiento e innovación.
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Competitividad.
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Mejor organización de la cadena alimentaria.
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Conservación de los ecosistemas.
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Eficiencia de los recursos.
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Inclusión social.
Estas prioridades también ponen de manifiesto que la repercusión positiva de los fondos de los PDR´s no se limita a las comunidades agrícolas y rurales, sino que se extiende a la sociedad en general.
Fuente: diariodelcampo.com